
La odontopediatría se encarga de la prevención, el diagnóstico y tratamiento de la patología oral en el niño.
La odontopediatría es a la odontología lo que la pediatría es a la medicina y requiere de una formación específica que le permite tratar las necesidades específicas del paciente infantil.
La Sociedad Española de Odontopediatría recomienda que la primera visita del niño se realice antes de cumplir los 2 años de edad.
Le enseñamos hábitos de higiene dental para sus hijos

Porque la prevención y la adquisición de hábitos adecuados desde la más temprana edad, es la base de una buena salud bucodental en el adulto.
Tratamientos
La odontopediatría actúa sobre tres ejes:
- Planes de prevención para reducir la incidencia de caries dental
- Tratamiento de la patología derivada de las caries
- Diagnóstico precoz de las alteraciones del crecimiento dental y del desarrollo óseo maxilar, de manera que se pueda hacer una derivación a tiempo.
Realizamos revisiones periódicas y enseñamos tanto a usted como a sus hijos hábitos de higiene dental.
Consiste en rellenar, mediante una capa plástica delgada, similar al composite, tanto las fosas como las fisuras localizadas en las superficies masticatorias de los molares definitivos.
El principal objetivo de este tratamiento es proteger al paciente de la caries dental, por lo que se recomienda para aquellos niños con tendencia a desarrollar esta popular enfermedad oral.
Se recomienda colocar los selladores a los tres años cuando ya le han salido completamente los molares.
Tratamiento muy similar a la endodoncia que se realiza cuando una caries ha afectado a la pulpa dental de un diente temporal.
Hay que tener en cuenta que el objetivo principal de los tratamientos pulpares en dentición temporal es mantener la integridad y la salud de los tejidos orales. Es deseable poder mantener la vitalidad de la pulpa de los dientes afectados por caries o traumatismos. Sin embargo, un diente puede seguir siendo funcional eliminando la pulpa parcial o totalmente.
Según la OMS la fluorización reduce hasta en un 50% el riesgo de sufrir caries.
Consiste en aplicar una capa de gel con flúor sobre los dientes del niño durante un minuto aproximadamente. Para ello se emplean unos moldes de plástico (o cubetas) que se impregnan con este gel y se colocan sobre los dientes. Se trata de un procedimiento muy sencillo que no causa ningún tipo de dolor ni molestia.
Se debe aplicar a partir de los 6 años.